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jueves, 7 de mayo de 2009

Los malos tiempos


Vivimos tiempos de crisis económica, social y política y en tiempos de enfermedades que atañen al mundo de manera global. Hacía días que quería hablar de esto, pero no sabía como enfocarlo. En un alarde de inspiración literaria, me decidí a escribir un relato corto y me salió esto. Debo aclarar que este relato no implica que mi pensamiento sea éste, ni tiene nada que ver con los ideales de este humilde autor, aunque obviamente, está claramente influenciado. Eso es lo que quería aclarar, leanlo como literatura que es y a ver si gusta la historia:



Los malos tiempos, siempre quise que pasaran lo antes posible. Sin embargo, en este momento, extrañamente no. Época de crisis económica, de recrudecimiento del capitalismo, de crisis de los valores humanos, sociales y políticos y de pandemia. Eso último era precisamente lo que en este momento me impedía querer que todo acabara. Un médico tiene trabajo si hay enfermedad, si no la hay, nos vamos todos al paro. Claro, como es obvio, si hay seres vivos, siempre habrá enfermedades y siempre seremos necesarios los médicos, pero sin embargo en épocas de pandemias adquirimos una nueva dimensión. Pasamos de ser terrenales seres científicos a ser dioses o semidioses. La gente nos necesita y las reticencias hacia nosotros acaban cuando se dan cuenta de que la solución para su mal depende exclusivamente de nosotros. Y esa sensación me gusta.


Desde un punto de vista ético lo que hacemos en la Escuela Internacional de Élite Médica, no está para nada bien. Pero el ser humano necesita que le guíen y le dosifiquen ciertas cosas, si no todo se hace ingobernable. Cuando las personas se sienten fuera de un rebaño, empiezan a cuestionarse cosas y eso no nos interesa ni a nosotros, ni a los políticos, ni a nadie de los que manejamos este mundo. En la Escuela Internacional de Élite Médica, damos soluciones a las grandes enfermedades que atañen al ser humano. Sin embargo, los descubrimientos van muy por delante de lo que se expone al pueblo. Si nosotros ahora mismo sacásemos la vacuna contra el SIDA o la cura total del cáncer, el pueblo se acostumbraría a continuos avances médicos y le perdería el miedo a la muerte, uno de los que lo amarran y hacen al ser humano gobernable.


En el año 2005, cuando un médico integrante de la Escuela Internacional de Élite Médica se vio ante el dilema de que su hija había contraído el SIDA y ante la opinión pública, la cura definitiva no era posible, nos vimos ante un importante dilema moral. Sin embargo en una reunión en Reikiavik, que es donde se viene reuniendo secretamente esta organización desde 1948, decidimos no sacar el medicamento. La hija del médico alemán Geert Schulze, falleció en diciembre de 2006, tras una complicación de su enfermedad y el doctor Schulze, quedaría culpado para siempre por la muerte de su hija. Sin embargo, la Escuela Internacional de Élite Médica, mantuvo su secreto y no cedió a sentimentalismos absurdos que le hubieran llevado a perder su razón de ser como organización de control, aparte de ser una organización de desarrollo médico.


Muchas veces no sólo se generan soluciones a enfermedades, sino que se desarrollan nuevos males. Y es muy obvio pensar que nosotros mismos promocionamos y creamos las enfermedades, ¿no tiraría un albañil un edificio si pudiera, para que luego lo llamaran para arreglarlo? Es muy lógico pensar eso. Hay que asegurarse el trabajo, para que nunca acabe y siempre esté garantizado. Si ellos lo pudieran hacer y no fuera tan aparatoso, también lo harían. Nosotros probamos con animales y generamos virus y enfermedades nuevas, luego comercializamos esos animales y el virus se expande entre el ser humano, que es el objetivo. Así ocurrió cuando comercializamos vacas enfermas, cuando vendimos pollos con gripe o la más fuerte, la que introducimos hace poco, una gripe mortal que se contagió por primera vez a través de un cerdo.


La gripe porcina, tipo A, como ya se conoce en todo el mundo, es uno de los mayores éxitos de la Escuela Internacional de Élite Médica, junto con las armas biológicas, vendidas a países que nos financian y nos mantienen el secreto o el avance de las drogas. No sólo porque haya ya miles de contagiados en el mundo, sino porque lo que viene va a ser más duro, pues nosotros seguiremos comercializando animales infectados, sabiendo que luego es posible el contagio a humanos y entre humanos. Prevemos que la pandemia puede aniquilar a más de 50 millones de personas en todo el mundo y eso nos garantiza un futuro profesional próspero.


¿Por qué se ha elegido este momento para introducir esta gran pandemia? Porque el sistema realmente corre peligro, la gente se empieza a replantear cosas y además hace falta limpiar a buena parte de la población mundial. Para eso, lo que se utilizó en el siglo XX fue las guerras masivas, pero estas, al ser muy impopulares, hacían que el riesgo de movilización ciudadana fuera mayor. La pandemia es la forma perfecta de reducir población: eficaz, silenciosa y de ella no se puede culpar a nadie… aparentemente. Después de la pandemia podremos reconducir el orden mundial en un sistema más olvidadizo, con menos gente y más asustada y con el temor a perder su vida y su bienestar económico. Será ese el momento en que acabará la crisis, el pequeño bache del capitalismo que acabará en un nuevo planteamiento del mundo, sentado en las mismas bases. Y si no se acepta, tendremos que aumentar la introducción de drogas de diseño o emplear la guerra bacteorológica, que para eso estamos.


Una última pregunta se realizará el lector: ¿existe cura para la gripe porcina? Si nosotros hemos creado la enfermedad, nosotros tenemos que conocer la cura. Pero esa cura, sólo se sacará a la luz pública, en caso de riesgo real de nuestro trabajo, de nuestro dominio y de orden político actual.


6 comentarios:

CMB dijo...

Está muy bien el relato. Y no creo que esté muy alejado de la realidad en muchas de las cosas que dice (aunque lo de la gripe porcina no es tan grave, no?). El tema del poder de la industria farmaceutica, que al fin y al cabo es la que controla la investigación médica, es una de las mayores verguenzas del planeta.

R. V. dijo...

Sí yo también creo que hay tentáculos que controlan este mundo, los cuales no controlamos y no conocemos. De todas formas hay que tener en cuenta, como decía, que es un relato de ficción, lo cual le incluye, obviamente alguno de mis ideales, pero ¿realmente el ser humano puede ser tan miserable?

R. V. dijo...

Por cierto, lo del tema del doctor Schulze, incluye una historia que escribí hace varios años, en la que un médico se encontraba ante un dilema moral: o salvar con la medicina que él conocía a su hija de la muerte, o mantener el secreto del medicamento para curar el SIDA. Algún día lo ampliaré, lo corregiré y puede quedar una buena historia de 20 o 30 páginas. Ya informaré de ello.

Anónimo dijo...

Muy buenas, este parece un blog muy interesante y con abundante información de calidad sobre la identidad canaria.

Atis tirma!!

R. V. dijo...

Eso intentamos que sea compañero.
Salud y muchas gracias.

Ico dijo...

En este tema debo darte la razón.. bien expresado lo miserable que pouede llegar a ser la raza humana. un beso