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martes, 18 de diciembre de 2007

El Telémaco: Las pateras de entonces

Me da la sensación en estos tiempos que corren, que cada vez somos más hipócritas. Somos más hipócritas en muchos sentidos, pero en un grado extremo cuando se habla de inmigración a nuestras islas.
Sin embargo como podemos observar en este video y como cuenta el gran Manuel Mora Morales en su libro, nuestros compatiotras del pasado acudieron de forma masiva al continente americano en embarcaciones ruinosas en las que pasaban calamidades. Lo he dicho muchas veces ya en este blog, en muchos temas, pero es una verdad como un templo: nunca hay que perder la memoria.

viernes, 7 de diciembre de 2007

El señor X en Navidad

Llegan las navidades. ¡Qué felicidad! Todo rebosa felicidad, alegría, la gente es más amable, las calles se engalanan de luces, ¡qué bonito! Sin embargo no todo es tan bonito ni tan alegre, esta época esconde muchas desgracias humanas.

Para empezar, ¿por qué la gente está más feliz y generosa?, para nada, al contrario es una fachada, la gente está estresada, corriendo para conseguir el mejor regalo, viendo como conseguir más dinero para gastar aunque vayan a estar endeudados todo el resto del año, las calles y los accesos a centros comerciales están plagados de coches conducidos por insolidarios con prisa... eso es la navidad. La navidad es ese individuo hipócrita (que de aquí en adelante llamaremos señor X y que ustedes encontrarán claramente reconocible, que conste que elijo un hombre simplemente porque responde más a los patrones culturales generales, de todas formas también entrará en escena la señora X), que toca la pita hasta reventarla en la cola de acceso al centro comercial y te dice "hijo de puta muévete ya que se está moviendo", luego está dentro del recinto empujando a todos, reprendiendo a su hijo y se encuentra con alguien conocido, al que le recibe con una sonrisa falsa y le dice "son unas fechas entrañables y hay que aprovecharlas ja ja. Felices fiestas y próspero año nuevo", mientras en el fondo piensa "cabrón, este si que tiene perras y seguro que se va a gastar un dineral en regalos para sus hijos y su mujer" y eso le impulsa a gastar más.

Por otra parte está la escusa de que es por los niños. Está claro que si hay una cosa que me parece que hace que la navidad valga un poco la pena es la sonrisa de un niño y eso no tiene precio. Si además el niño es un niño necesitado y se consigue una ilusión de éste que le evade de su dura realidad durante el año, eso es un logro impensable. Pero ¿por qué en navidad? Durante todo un año, no nos preocupan esos locos bajitos y en navidad pretendemos que sea feliz con un regalo material. El hijo del señor X será un niño malcriado que le dirá "puta" a la madre como una de sus primeras palabras y el padre se reirá con la ocurrencia. La hija será una niña presumida y repelente y que la señora X considera superior al resto de las nenas. Serán unos niños sobreprotegidos que siempre tienen la razón a pesar de ser unos cafres. Estas criaturas, a pesar de esto, no tendrán una atención adecuada de su padres, ni un cariño diario. Sólo parece que les hacen felices tener la Play Station 3, la Wii, los action man, las barbies o lo que quiera que sea lo que pidan los niños de hoy. Y estos niños harán una lista inmensa de regalos que rondarán sumas astronómicas de dinero que la señora y el señor X no tardarán en satisfascer, aunque sea endeudándose hasta las cejas.

Luego están los regalos entre la señora y el señor X. Parece que su pareja no va muy bien, ella tiene un joven en su trabajo que le gusta mucho y a él sólo le hace falta una copa y sus amigos delante para babearle a la primera. Sin embargo, la solución parece que es regalarse joyas, ropa cara, aparatos electrónicos de última generación, etc, con esto el día 25 de diciembre o el día 7 de enero, la señora y el señor X se querrán más. Ya sólo le faltará aguantar hasta el día 14 de febrero, próxima fecha en la que se regalarán de una manera salvaje, claro que entre medio en los carnavales tienen el peligro latente de una infidelidad, pero bueno, faltará menos para que otro presente suntuoso les vuelvan a recordar su amor. ¡Qué bonito es el amor!

Podríamos hablar entonces de los regalos a la familia ampliada. El señor X piensa de su suegra que es cerda vieja inútil, a costa de quien habla con los amigos como el anticristo, sin embargo en navidad le regalará a su suegra que quiere tanto, que es como su segunda madre, poniéndole desde que tenga ocasión, en el peor asilo. Lo mismo podríamos decir de la señora X, que piensa que a su suegra nunca le cayó bien, que siempre le puso impedimentos desde novios, que le deja en ridículo cocinando mejor que ella y que mimó demasiado a su hijo la repelente vieja posesiva. No obstante en navidad, ¡qué bonito coño! el regalo a su suegra que tanto le ha enseñado. He hablado de las suegras, pero también pude hablar del cuñado pesado, de la hermana que siempre pensó que era más bonita que ella, del ahijado que lo tiene todo "mira tú, le regaló un cochazo en su cumpleaños el chiquillo malcriado", etc.

El bolsillo del señor X está sangrando con todo esto. ¡No contamos con las cenas y comidas de las fechas importantes! Bueno, hay que decir que el hecho de que la cena sea especial me parece buena, nunca sobra una comida especial. Sin embargo la señora y el señor X compran comida cara, de la mejor, en cantidades industriales "más vale que sobre, que no falte". 24, 25, 31 de diciembre, 1 y 6 de enero todos los días comidas distintas y caras. Porque es una bajeza que se aproveche lo del 24 para el 25 y lo del 31 para el día 1, no, platos distintos.

El saldo que queda es un estrés prematuro, un endeudamiento crónico, unos niños malcriados y consentidos y una hipocresia que también se convierte en crónica. No es un retrato sólo de navidad, es un retrato social. Es la sociedad que nos ha tocado vivir, una sociedad apresurada, que vive al día, que no saborea las pequeñas cosas, que vive con prisa. Agradezco comentarios al respecto, seguro que todos conocemos a la señora y el señor X, nuestra sociedad está plagada de ellos.

sábado, 20 de octubre de 2007

El crimen de Cuenca: Una doble injusticia.

Hay mucha gente que se piensa que las injusticias de los poderes reinantes son cosa del pasado, que nosotros vivimos en un estado de continua felicidad, donde nada nos impide hacer lo que queramos. Estas dos injusticias que narro a continuación, son del pasado sí, incluso una de un pasado muy lejano, pero yo creo que son tremendamente vigentes.

Año 1910, en la tranquila Cuenca de la época, concretamente entre los términos de Osa de la Vega y Tresjuncos (tradicionalmente peleadas porque Tresjuncos era de mayoría conservadora, mientras que Osa de la Vega lo era de izquierda, pero eso es otra historia) se denuncia la desaparición de José María Grimaldos, alias "el cepa" por parte de su madre, quien dice que lo asesinaron, incluso da los nombres de Gregorio Valero y León Sánchez como sus asesinos. Resulta que tanto Gregorio como León trabajaban al igual que "el cepa" en la finca de Francisco Antonio Ruiz y estaban continuamente burlándose de él, de cuyas burlas la interpretación de la madre es que le tenían envidia y que le querían robar el dinero que acababa de cobrar Grimaldos de la venta de unas ovejas.

La acusación de la madre no es suficiente y los pesquisidores no encuentran pruebas para acusarle, siendo el caso sobreseido en 1911. Dos años después, tras la insistencia de la familia de Grimaldos, y coincidiendo con la llegada al juzgado de Belmonte de Emilio Isasa Echenique, son de nuevo encarcelados. Aquí habría que destacar la aportación de Contreras, cacique de la zona y diputado por los Conservadores, que presiona mucho para que se vuelvan a detener a León y Gregorio. Esta vez son torturados de una manera vil y cruel hasta el punto de confesar el delito que no habían cometido y desconfiar el uno del otro. Finalmente en 1918 el juicio los condena a 18 años de prisión, tras haber sido auto inculpados por consejo de sus abogados.

El 4 de julio de 1925 salen de la cárcel tras haber cumplido más de 12 años en total de condena y tras haber sido indultados. Pero no acabaría ahí la cosa. El cuerpo del asesinado, nunca apareció y en febrero de 1926 llegó una carta de la parroquia de Mira de la Sierra, localidad cercana al párroco de Tresjuncos, en la que se pedía la partida de bautismo porque quería contraer matrimonio. El asustado párroco de Tresjuncos fue a pedir consejo a Contreras, que le dijo que no dijera nada. Sin embargo se aceleró todo pues José María visitó Tresjuncos pues estaba impaciente para obtener su partida de bautismo y fue detenido. Luego la sentencia sobre los dos amigos injustamente acusados, fue anulada, pero los que los condenaron no cumplieron condena pues la mayoría de los cargos eran muy viejos y otros murieron. Gregorio y León terminaron sus días en Madrid en puestos de trabajo cedidos por el Ayuntamiento.

Por otra parte, corría el año 1979, recién nacida la democracia. Entonces una joven cineasta llamada Pilar Miró, autora de una sola película anteriormente, decide dirigir una película llamada "El Crimen de Cuenca". El gobierno de la UCD tenía miedo a lo que podían pensar los poderes militares y puso la película en manos del poder militar. Fue censurada, incluso Pilar Miró fue juzgada en un juicio militar. La película no se exhibió hasta 1981 y a pesar de eso y de que fue calificada como película S, fue vista por casi dos millones de espectadores.

Dos injusticias nacidas a raíz de una misma injusticia. Y las dos muy vigentes. En cuanto al caso real, hoy en día vemos lo que pasa en Guantánamo, en Abu Grahib, etc, y supuestamente en países con gobiernos más desarrollados que la viciada España de la Restauración. Y en la censura de la película, no olvidemos que en 1979 ya estaba en vigencia nuestra constitución, la Constitución de 1978 y fue un claro paso atrás en la pretendida democracia que hoy en día impera. Hay que decir, como punto de justicia, que Pilar Miró pasó posteriormente de censurada a censuradora cuando ocupaba la dirección de TVE, colocando a sus amigos en el ente público y descartando grandes series como "La Huella del Crimen", hecho que todavía irrita a Pedro Costa, director de la serie. Es un ejemplo más de que nunca hay que perder la memoria.