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martes, 27 de julio de 2010

Belén María: una mártir del Pueblo Canario



(*)El día 25 de julio de este año, se cumplirán 30 años del asesinato de la joven de 16 años, Belén María Sánchez Ojeda, en una manifestación portuaria.

"El Eco de Canarias emite el sábado 26 un mensaje que conmovió entrañas por doquier en estas islas atlánticas: «Anoche en la clínica de Santa Catalina, donde se hallaba internada, en la UCI, falleció la joven Belén María». La Provincia y su responsable de la sección del puerto, J.F. Fonte, guardan, sin embargo, un significativo silencio ese mismo día ¿De motu proprio u obedeciendo órdenes superiores? ¿O tal vez no estaban preparados ese día y les venció el factor sorpresa? No lo sabemos"[1]. Así dio la noticia la prensa canaria al día siguiente de haber sido asesinada una niña de 16 años, hija de un portuario.

Los trabajadores del Puerto de la Luz llevaban varios meses de lucha obrera. La mejora de sus condiciones de trabajo, pues la siniestralidad era bastante alta y la amenaza de la privatización de varias empresas portuarias, eran las reivindicaciones de dichos trabajadores.

La firma del convenio colectivo del sector en junio, refrendado por varias empresas que atisbaba una pequeña luz de esperanza, quedó en nada con los posteriores sucesos. La metrópoli aprueba un decreto, desoyendo a los trabajadores de varios puertos del Estado. La UGT, como auténtico sindicato del gobierno actúa como valedor de estas medidas recordando al Sindicato Vertical franquista.

Ante los acontecimientos expuestos, las familias de los portuarios crean una junta de apoyo a los trabajadores, con sentadas en la calle y encierros en la Iglesia del Carmen de la Isleta. El día 25 de julio, cuando se manifestaban pacíficamente en Manuel Becerra, la Guardia Civil ordena enérgicamente al conductor del Alfa Romeo, matrícula GC-9003-C, continuar la marcha, a pesar de la presencia de los manifestantes. El resultado fue el atropello de la joven Belén María que fue arrastrada setenta metros por el coche. Tras este suceso, la Guardia Civil que traída desde Almería para reprimir las reivindicaciones, tenía órdenes de usar la fuerza, arremetió contra la gente, hiriendo a otras cuatro personas, entre ellos un portuario que perdió un ojo, por un bote de humo lanzado por las fuerzas represoras.

El posterior entierro fue un ejemplo de serenidad y civismo de la clase trabajadora dada cita allí. Fue un entierro multitudinario y sentido, donde un trabajador lloraba a su hija y los portuarios, junto a la clase trabajadora en general, lloraban a su mártir, enterrada con la bandera canaria: “Así los revolucionarios tienen al Che Guevara, los creyentes del Nuevo Testamento a Jesús el Cristo, los seguidores del romanticismo ideal a Alfonsina Storni, los aborígenes latinoamericanos alzados a Tupac-Amaru, los supervivientes del rock a John Lennon, los partidarios del espartaquismo redentor a Rosa Luxemburgo, los canarios libres a Tanausú (…) De la misma manera, como símbolo de virtud y abnegación, Belén María vive en el corazón de los portuarios de bien”[2].

El laberinto de la memoria es muchas veces estrecho, sobre todo cuando los poderes fácticos desean llevar determinadas cuestiones al olvido. Desde la Organización Juvenil Azarug, deseamos aquí, fomentar la memoria de un cruento suceso, merecedor de ser recordado.

“Se me va el tiempo de las manos, rápidamente, sin darme absoluta cuenta. Y me da miedo, pena. Pues la vida es tan bella y a la vez tan malvada. Son éstos unos años lindos, jóvenes y llenos de vida. Se despiertan en mí miles de sentimientos y deseos de vivir. Voy a cumplir 16 años, y me parece incierto. Pero es real. Me siento joven y me gustaría sentirme siempre así. Llena de ansias, pasiones, ganas de amar; compartirme con los demás y hacer trizas el odio. Pero la vida pasa de improviso. Y yo quiero vivir. Vivir al máximo mi vida. Cada minuto, cada instante. Y marcar páginas en mi corazón, porque mi vida es mía, sólo mía y nadie puede vivirla por mí”[3].

Belén María Sánchez Ojeda, Poesías y comentarios, escrito meses antes de morir.

R.V., Organización Juvenil Azarug














[1] DELGADO SANTANA, Juan Antonio: Belén María, verano del 80, Ediciones La Marea, Las Palmas de Gran Canaria, 2000, en la página 83.
[2] Opp. Citt., página 26.
[3] Opp. Citt., página 195.



(*) Extraído del libreto de la XXXIX Ruta de Bentejuí.

Documental en el XXV Aniversario de la muerte de Belén María:

EN EL VIGÉSIMO ANIVERSARIO DE BELEN MARIA from CANARIAS-SEMANAL.COM on Vimeo.

martes, 6 de julio de 2010

OPINIÓN: Aquello que alguna vez hicimos de niños


En estos últimos días, he estado visionando cintas antiguas de reuniones familiares. Al verme de chinijo, he deseado volver a esa edad. Durante esa época, no tenías preocupaciones, no molestabas a nadie con tus comentarios, no tenías conciencia de nada, animabas a la selección española en todos los deportes, querías ser norteamericano, guapo e ir a la Universidad para ligar con muchachas rubias y con buen cuerpo… Todo era mucho más fácil. Los impedimentos morales y el intento de mantener unos principios y una coherencia en tus actuaciones, no existían en esta fase de la vida.


Luego reflexioné. Me di cuenta ante el actual panorama de forofismo futbolístico nacionalista, en plena época de recortes sociales y laborales, que dicha actitud la hace suya mucha gente. La actitud infantil y acrítica del común de este pueblo, se hace presente en las quedadas rojas, en los gritos en los bares, en el alzamiento de banderas rojigualdas. Es una nueva forma de volver a la niñez, de olvidar todos los años vividos, para dejarse llevar por la corriente que imponen los medios de comunicación y las instituciones.

Tras esta reflexión, me arrepentí de querer retroceder y seguidamente, todo lo que tenía en la retina me dio un sentimiento de vergüenza ajena. Pongámonos en la piel del individuo que acude a estas citas futboleras: está apoyando que le roben de sus impuestos para que le paguen 600.000 euros a cada futbolista de la selección si gana el Mundial. Si le preguntamos que tire 20 euros cada día, por cada día que dura el Mundial, ¿lo aceptaría? Aparte del aporte económico, está hipotecando su futuro laboral, mirando a Villa, Casillas, Iniesta y compañía, mientras le endosan una reforma laboral que le denigra aún más los derechos laborales. ¿Qué respondería uno de estos aficionados ante la propuesta de permitir que le echen del trabajo por muchos menos dinero de lo que le despedían anteriormente? ¿Qué diría, si le comento que si su empresa le da por decretar seis meses de pérdidas, lo puede echar, siendo dicho despido procedente? La actitud adulta sería oponerse. La actitud infantil, dejar que los demás les saquen las castañas del fuego.


Recordé mi postura identitaria, cuando no era más que un niño. Yo era lo que decían mis padres, el colegio y la televisión. Veía que mis padres me daban cierta cultura canaria, totalmente despolitizada. Todo eso se diluía cuando encendía la televisión y atendía a la profesora en el colegio. Allí existía un marco constitucional, allí existía un país, allí existía una cultura… Esa era mi cultura, la “roja”, utilizando este neologismo, quizá oportuno por la sangre derramada en el pasado por la bandera que se enarbola. Ahora me molesta haber pensado así y eso me genera un sentimiento de rebeldía. Aquellos que olvidan el genocidio a su pueblo, la orientación de nuestras riquezas para beneficiar intereses extranjeros o la vulneración de cultura e identidad, probablemente siguen pensando como niños. Estancados en la niñez de aceptar las cosas como vienen y no ser capaz de adquirir una actitud lo suficientemente crítica como para levantarse, reclamando un lugar en el mundo. Muchas y muchos de estos hooligans colorados, se sienten como niños buscando un norte, algo que les represente, algo que les haga sentir orgulloso, aunque les sea ajeno.

Una cosa que me enseñaron de niño es respetar a todos mis semejantes. Es lo que intento hacer, aunque determinadas actitudes me provoquen repudio. Pero parece que a muchos de estos niños grandes esto, o no se lo enseñaron o las malas influencias le han dicho que no tienen que respetarlos. La actitud acertada y normal es animar a “tu selección”, “al país que pone en tu DNI”, como si el DNI fuera un contrato consensuado. Pero no creo que sea coherente exigirle nada a un niño absorbido y robotizado por un gran titiritero que lo maneja desde lo alto. Que pase este Mundial y que sea cual sea el resultado, aquellos que hoy están ensimismados con “la roja”, recuerden aquella postura que adquirieron cuando sólo eran niños.