Páginas

sábado, 13 de febrero de 2010

OPINIÓN: Calentando motores


A falta de menos de un mes para la II Manifestación por la Descolonización e Independencia, esta vez en Las Palmas de Gran Canaria, todos los actores posibles, calientan motores. El próximo 6 de marzo, será un día en que la continua historia de los diferentes sectores de la sociedad canaria, volverán a estar en lucha: por un lado el pueblo que lucha y defiende sus derechos nacionales y por otro, la sociedad reaccionaria, guiados por estómagos agradecidos, que se hacen llamar periodistas.

En realidad, considero que nunca estos sectores dejan de estar en lucha. La lucha empezó cuando nació el nacionalismo ideológico, liderado por Secundino Delgado y plasmado en el Ateneo de La Laguna y los sectores más conservadores, reaccionaron ante él, ante el miedo por perder su posición. Incluso podemos retrotraernos en el tiempo, y basándonos un poco en el romanticismo, extrapolar el comienzo de la lucha al momento de la primera invasión europea de nuestro País. Esto se ha recrudecido a lo largo del siglo XX, sobretodo a partir de la década de los 70, cuando el fascismo agonizaba, pero comenzaba un período de neoliberalismo burgués hermético, en el cual nos encontramos y donde la limitada Constitución Española, cual Biblia en desuso, marca las pautas opresoras de un régimen clasista en general y racista culturalmente con las nacionalidades del Estado Español, entre las cuales se encuentra Canarias.

En una sociedad tradicionalmente servil, caciquil y despolitizada, el resurgimiento de la idea soberanista con la llegada del régimen turnista, allá por la mitad de los 70, ha desestabilizado a los conservadores españolistas. Su respuesta ha sido siempre represora: asesinatos, porrazos en manifestaciones, acoso judicial, ridiculización y acoso mediático, han sido los sinos del canario que lucha por su irrenunciable libertad. Recordemos como ejemplos, el asesinato de Bartolomé García Lorenzo en Somosierra, Tenerife. Un agente de la Guardia Civil le disparó más de treinta veces y sin embargo quedó exculpado e incluso siguió en el cuerpo. La prensa por su parte, justificaba el asesinato en el hecho de que fue confundido con el Rubio, lo cual parecía eximente para disparar dicha cantidad de veces contra el cuerpo del joven. En el asesinato de Belén María, mientras los portuarios la lloraban, la prensa informaba en pequeñas columnas o directamente no informaban, como el caso del periódico La Provincia, que ya en esa época se mostraba servil con el poder establecido. Además cuando empezaron a informar en mayor extensión, pasados los días, se preguntaban el por qué de la presencia de los familiares de los portuarios en dicha manifestación y justificaban el hecho como fruto de una situación fortuita de atropello.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, creo oportuno citar a los pensadores Paul Lazarsfeld y Robert Merton, que plantean cuales, según ellos, son las funciones de la comunicación de masas: otorgar y legitimar el status social de personas y grupos, aplicar las normas sociales exponiendo públicamente las conductas desviadas y narcotizar a la audiencia. Aunque las tres funciones son aplicables a la prensa canaria, detengámonos en la segunda, la de aplicar las normas sociales exponiendo públicamente las conductas desviadas. Y según esta hipótesis, una de las conductas desviadas en Canarias es la idea de la liberación nacional, la cual ellos reprimen y criminalizan.

La campaña anti manifestación, ha comenzado. El tinte insularista y españolista y el tufo conservador de los distintos periódicos isleños, se hacen evidentes cuando hablan de algo que ellos consideran desviado de las creencias oficiales. Canarias 7 habla de traslado del independentismo de Tenerife a Gran Canaria, y la influencia de las tesis fascistas de El Día. La Provincia, con su línea anticanaria e insularista, aprovecha cualquier ocasión para reprimir y refutar la idea soberanista en varios de sus artículos. El Día, aupado por el resto de la prensa, se intenta erigir en defensor de las manifestaciones sociales por la Independencia, sin abandonar su aire insularista y ultraderechista. El Diario de Avisos, saca cada cierto tiempo, editoriales represores, sin casi fundamento teórico. Y por último la Opinión de Tenerife, fiel a la táctica anticanaria de La Provincia, por pertenecer también a Editorial Prensa Ibérica, adapta dicho discurso a lo que quieren escuchar en Tenerife. Desde luego, se hace evidente saber leer la prensa, pues su idea sesgada, puede confundir a un pueblo acostumbrado a cumplir órdenes.

Pese a todo este panorama de hermetismo, propio de una sociedad colonial, mezclado con los aparatos de mantenimiento del sistema, creados por el neoliberalismo globalizador, esa Canarias que lucha no se rinde y ahí estará el próximo 6 de marzo en la Plaza Belén María. La lucha no ha hecho más que comenzar. Aunque exista represión y criminalización, la historia dice que los planteamientos justos siempre vencen todas las barreras reaccionarias. Además, los que luchan tienen lugar en la memoria colectiva; los que se quedan sentados, pasan desapercibidos.